Si hay algo que nos gusta especialmente a los fotógrafos, es la fidelidad de nuestros clientes. Que vuelvan a confiar en nosotros cada vez que desean inmortalizar algún acontecimiento especial. Particularmente, tengo la suerte de contar con much@s clientes que repiten, como Jessica.
La primera vez que vino, Joel el mayor ya tenía 3 añitos, pero a los dos siguientes, Nirvana y Leo, los ha traído desde recién nacidos. Y entre medias, sesiones de embarazo, cumpleaños, Navidad…
En fin, se nota que Jessica le da importancia a tener asegurados sus recuerdos con fotografías de calidad. Porque puedes estar haciendole mil fotos al día a tu peque con el móvil, pero no hay nada como unas buenas fotos de estudio en papel fotográfico de calidad.
Y luego está la felicidad que supone ver a esos crios crecer. Sentir el cariño que te tienen. Verles sonreír y pasárselo bien… bueno, más bien pasárnoslo bien todos jugando.
Realmente es una verdadera pasada poder ser los artífices de sus futuros recuerdos. Aún me acuerdo de como, de pequeño, cuando veíamos en casa las fotos "antiguas" de la familia, mis padres mencionaban a Castillo, nuestro fotógrafo.
Y a eso aspiro, a convertirme en vuestro fotógrafo. Ser el artesano que construya el álbum fotográfico de vuestra vida. Y es que vuestros recuerdos son algo muy valioso, y por eso nos esforzamos en hacerlo cada vez mejor. Como me gusta decir, los fotógrafos fabricamos recuerdos para toda la vida. Y eso, ni se vende ni tiene precio, tiene valor, y nosotros le damos mucho valor a vuestros recuerdos.
Cierro esta entrada con un comentario que Jessica escribió en nuestro Facebook:
"Gracias por hacer realidad fotos como esta.
Seguiremos coleccionando recuerdos a vuestro lado."